Estreno. La adaptación del argentino Mauricio Wainrot debuta en el Adela Reta
18-3-2011
HENRY SEGURA
El sábado de la semana próxima se celebran los 100 años del nacimiento de Tennessee Williams, una excusa más para que en el mundo estallen sus obras en los escenarios. Uruguay lo hace con teatro y con danza.
Pero el estreno de Un tranvía llamado deseo por el Ballet Nacional del Sodre también tiene otros condimentos: la necesidad de incorporar danza contemporánea a la compañía que fue reorganizada por Julio Bocca, y el valor de la versión que Mauricio Wainrot realizó hace unos cuantos años. La presentó por primera vez en Chile en 1998 y dos años después la estrenó con el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín.
“Vi el film con Vivien Leigh y Marlon Brando, que me dejó muy impresionado”, recordaba Wainrot en una entrevista con La Nación un mes antes del estreno argentino, donde aseguraba que los escritores norteamericanos eran sus preferidos. “No es extraño que haya buscado esta pieza. Me fascinó desde adolescente, cuando estudiaba teatro. Mi primera vocación fue la de actor”, decía.
Pero esa admiración por la obra de Williams no lo llevó a hacer una versión lineal de la misma. Comenzó por el final, ubicando la acción en un manicomio “donde se materializan los recuerdos”, que aparecen en sucesivos flashbacks. Así va dando cuenta del proceso crítico que vive la protagonista, Stanley Blanche, que en la versión dirigida por Bocca será interpretada por Rossina Gil y Sofia Sajac.
Además Wainrot imaginó situaciones que no estaban en el libro de Williams. Tuvo que traducir con el lenguaje de la danza realidades y sensaciones. “Se mezcla la realidad en el manicomio, imágenes de Nueva Orleáns, donde se desencadena el drama en la casa de su hermana Stella, hasta escenas de un baile en la hacienda Belle Réve, en el que su amado, Alan, se suicida. Esto no se mostró en la puesta teatral ni en la película, aunque esa fiesta es el pivote del sufrimiento y posterior caída en la demencia de Blanche”.
El Ballet del Sodre realizará solamente diez funciones de Un tranvía llamado deseo, alternando dos elencos. Aparte de la mencionada Rossina Gil en el papel de Blanche, en la versión de estreno estarán bailando Giovanna Martinato (como Stella), Samuel Bianchi (Kowalski, el papel que hizo famoso Marlon Brando en cine), y Francisco Carámbula (Mitch). En la función de mañana sábado, y alternando con la de hoy, los papeles principales estarán en manos de Sofía Sajac (Blanche), Vanessa Fleitas (Estela), Ismael Arias (Kowalski) y Sebastián Arias (Mitch).
Esta adaptación cuenta con música de Béla Bártok, un compositor húngaro particularmente difícil aunque frecuente para Wainrot. El argentino ha señalado que la complejidad de la música de Wainrot ha sido perfecta para acompañar la complejidad psicológica de la obra y la densidad de sus personajes. Curiosamente, cuando se hizo la conferencia de prensa para anunciar este proyecto, la bailarina Sofía Sajac comentó que trabajar con una música tan compleja le había resultado algo difícil de hacer, aunque entendía la finalidad que se perseguía al utilizarla.
Wainrot es director artístico del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín de Buenos Aires, pero su trayectoria cruza fronteras en varios sentidos. Oficia como coreógrafo invitado permanente del Royal Ballet de Flandes, con quienes ha creado once obras a lo largo de los últimos dieciocho años. En este período sus creaciones han sido representadas por más de cuarenta compañías de todo el mundo. Ver esta puesta, entonces, es todo un lujo.
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